Esto respeta casi al dedillo el proverbio «Lo que ocurre en Estados Unidos nos llega diez/veinte años más tarde». Allí pululan desde la década de los 80 pequeñas cervecerías artesanales, a veces incluso micro cervecerías. Cada ciudad, incluso cada barrio, tiene su o sus cervezas. Y es que esta moda ya ha llegado a Francia, a pesar de que, aun teniendo regiones en las que la cerveza de calidad triunfa desde hace tiempo, este es un país sobre todo de vino.
Las Landas no son una excepción: alejadas del Norte y del Este, allí donde la cerveza es la reina, algunos intentan predicar las virtudes del lúpulo y la malta. Hace cinco años, los hermanos Bourdillas, Stéphane y Gilles, comercializaron La Séquère en Dax. «Teníamos una cervecería y, en 2008, tuvimos la idea de crear nuestra propia cerveza y venderla nosotros mismos», recuerda Stéphane.
Una alianza Norte-Sur
Después de varios años de pruebas y reflexión instalaron la máquina en el garaje del hermano, frente a un perro sediento que prestó a la cerveza tanto su imagen (el perro con la lengua fuera que preside la etiqueta) como su nombre. «Tenía sed, así que le dije a Gilles, da de beber a tu perro, "il a la séquère", tiene seco el gaznate en gascón.» Además del nombre, el carácter local de La Séquère viene dado por el hecho de que sea una cerveza hecha con maíz.
Rudy y Cathy Dupont apuestan fuerte a esta carta. Al mando de la cervecería Cath’, en Capbreton, esta pareja originaria de Norte-Paso de Calais, y, «por tanto», amantes de la cerveza, ha querido conseguir EL brebaje lupulado que sea capaz de acompañar a los manjares del Sur-Oeste, la región de la que se enamoraron.
«Empleamos mucho tiempo mejorando las recetas. Nuestro objetivo era hacer una alianza Norte-Sur. Son cervezas con cuerpo, como las del Norte, pero con mucho trabajo en el sabor... Para que acompañen bien al pato, por ejemplo.»
Pero entonces, ¿se busca que la cerveza reemplace al vino en las mesas del Sur-Oeste? Alexandra Bacqué, a la cabeza de las cervezas Kanaha (“40” en hawaiano), en Biscarrosse, prefiere hablar de complementariedad. «No queremos competir con el vino. Son dos bebidas diferentes. Pero sí es cierto que ahora mismo mucha gente la está descubriendo y se bebe más fácilmente que el vino...»